sábado, marzo 18, 2006

La cola en Caracas

Cuando era peatón me quejaba constantemente de los autobuses y del metro me parece apenas justo que ahora me queje de la cola en Caracas. Normalmente hablamos de las colas en la ciudad pero creo que eso es ser inexactos, en la capital sólo hay una graaaaaaan cola que empieza en el tazón y termina saliendo de Guarenas , ella atraviesa toda la ciudad incluso de manera más eficiente que el metro, practicamente no hay punto por el que no pase o vida que no toque la hermosa serpiente de carros que estrangula nuestra sobrepoblada ciudad o alguna cosa por el estilo.
He descubierto que la mejor forma para pasar la cola es ir escuchando música a todo volumen, headbanging y cantando a todo pulmón como si tuviese problemas mentales, quizá incluso haciendo la mímica de los instrumentos aunque no sepas bien qué estás haciendo. Si no hay radio algo hay que hacer para no volverse loco atravesando la ciudad a 10 Km/h y con el carro en primera. Claro que eso sólo funciona cuando estimaste el tiempo que te tomaría llegar a tu destino incluyendo la cola, en caso contrario es probable que termines en un día de furia como Michael Douglas u Homero en Nueva York y trates de avanzar por la defensa de la autopista, pasarle por encima al carro de adelante o dándole infructuosamente al volante con la esperanza de que tenga una G escondida para saltar como el Mach 5, usualmente eso termina de esta manera...rayando todo el costado del carro contra la defensa, perdiendo el choque por llegarle por detrás a otro carro y llorando de frustración porque bueno, vamos a estar claros, ningún carro es el Mach 5.

De las cosas divertidas de la cola es la oportunidad de jugar varios roles en un mismo día, podemos ser el desgraciado que se mete por el hombrillo y se colea y luego anda queriendo meterse y que le den paso, podemos ser el ladillado que no te da paso cuando circulas por el hombrillo, más adelante podemos ser ese que no sabe arrancar el carro en el semáforo o el que está atrás tocando la corneta .5 segundos después de que cambió la luz...también puede que nos quedemos atravesados en un cruce por querer pasar cuando sabemos que va a cambiar la luz y obvio que puede que estemos del otro lado tocando corneta y peleando por la estupidez del que se atraviesa...las posibilidades son infinitas.

Por otro lado a veces encuentro abrumadora la experiencia de la cola, carros y carros casi tocándose, sin posibilidad de escapar, puede producir cierta claustrofobia, eso sin mencionar el hecho que aunque estamos tan cerca , estamos separados, aislados en nuestra propia burbujita de metal, cuando estaba en camino a ver Crash estaba en la cola en altamira cuando veo a una chica en el carro de al lado vestida de novia, camino a la iglesia supongo, y me puse a pensar en lo extraño del mundo, ella atrapada ahí, últimos minutos antes de casarse con alguien, yo yendo hacia al cine a ver una película, el de atrás suspirando por llegar a su casa y así multiplicado por mil el número de historias. Por ese tipo de cosas hay que amar a la cola, simplemente da para todo.

2 comentarios:

Patricia Manynally R.R. dijo...
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Anónimo dijo...

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