martes, septiembre 11, 2007

Comiendo un SuperCable

En este último par de meses me tocó ser testigo presencial de una larga e ingrata travesía realizada por Claudia(novia...hola amor) intentando conseguir que la compañía de televisión por suscripción SuperCable la dejara ir como cliente.

Todo comenzó cuando la compañera de apartamento de Claudia compró un televisor y quiso poner cable en su habitación. En teoría una tarea sencilla, bastaría con llamar a Supercable (La superconexión digital) para que unos amables técnicos fueran a instalar un punto adicional en el apartamento. Pobres inocentes, no sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, ni nos imaginaríamos nunca dónde terminaríamos al empezar este proceso.

En este punto empiezan las llamadas al fabuloso equipo de atención al cliente de SuperCable y su Call Center, las cuales transcurrieron más o menos así durante un mes, Claudia llamando a pedir un punto, un/a operador/a diciéndole que sí , que con mucho gusto, no faltaba más, ya mismo le tomo la orden, sólo para que el dichoso técnico no fuera nunca a instalar nada y al llamar, otro operador anónimo le informara que no tenía ninguna orden abierta, es más , usted no tiene servicio ni vive en ese apartamento. Repita todo ese proceso unas 10 veces a lo largo de un mes y añada sábados de encierro esperando al técnico que está en ¡¡¡camino!!!.

En ese proceso se le acabaron las excusas del libro de excusas de Supercable y se inventaron que el problema de su pésima atención radicaba en el hecho que el contrato no estaba a nombre de Claudia sino de otra persona. Siguiendo esa lógica para Supercable (superconexión digital) usted sólo es importante si es el del nombre del contrato, de resto un operador anotará su requerimiento en un cuaderno imaginario y le dará fechas imaginarias de resolución. En vez de hacer algo como...no sé, decir, no la podemos atender, digo para no hacerle perder el tiempo a la gente.

En fin, Claudia se decidió a cambiar el nombre del contrato, el vendedor le prometió el cielo...todos sus problemas con supercable acabarían, poco faltó para que le ofrecieran gratis los canales premium(HBO y su combo, Cinemax, Cinecanal, y Movie City), le ofrecieron una rebaja espectacular a la mensualidad y ya mismo se le va a abrir la orden para el punto adicional, todo esto sin perder la antigüedad con SuperCable. Claudia salió contenta de la transacción, poco tiempo duraría su felicidad.

De nuevo el servicio técnico de supercable brilló por su ausencia. Otra vez regresó a las órdenes que no existen y los servicios de televisión por cable e internet que no estaban activos. Finalmente se llegó al punto de quiebre, Claudia no quiere más SuperCable, sin importar lo que le ofrezcan no quiere nada y llamó a DirecTV quiénes en poco tiempo llegaron a su casa e instalaron todo, los mismos canales que SuperCable, Sony, Warner, AXN, Universal, MTV, Cartoon Network, Fox y etc. Creo que nada más le faltaba VH1.

Ahora es cuando empieza verdaderamente el drama. Claudia llama a SuperCable para decir que por favor le quiten el servicio y en especial que dejen de cobrarle. Atentamente le explican que el contrato se lo cancelan cuando entregue los equipos, en este caso, el módem de la superconexión digital a internet de supercable (que dicho sea de paso es un chiste de banda ancha). Parecía razonable esa explicación, después de todo el equipo es de Supercable.

En ese momento entré yo al juego macabro de la mentada compañía de televisión paga, Claudia me pidió el favor de llevar el decodificador como le dicen ellos a las oficinas de atención al cliente. Luego de hacer una cola de 3 personas por media hora me atendió una señora muy amable que me dijo que no me podía cancelar el contrato porque había una deuda. Me pareció razonable, le di el módem y me fui.

Entre una cosa y otra pasó casi un mes hasta que Claudia finalmente pudo ir a la oficina de Supercable donde esta vez fue atendida por uno de sus empleados que se negó a cancelarle el contrato porque debía tener una permanencia mínima de seis meses. La letra pequeña. El vendedor que le hizo el "cambio" de nombre del contrato a Claudia, en realidad le hizo un contrato nuevo. Luego que el amable(cuando digo amable es un eufemismo para mamagüevo) empleado logró quebrar el espíritu de Claudia, ella desistió de seguir peleando ese día.

Finalmente decidimos ir los dos. Yo iba dispuesto a pelear y discutir y hablar con la supervisora y armar un escándalo. Sin embargo llegamos y nos atendieron bien, cancelaron el contrato y amablemente nos explicaron que septiembre ya había sido cobrado pero que octubre no lo iban a cobrar. Entendimos y dejamos las oficinas en santa paz.

No había pasado un día cuando a Claudia le habían cobrado Octubre(en agosto, valga la acotación) a su tarjeta de crédito. Obviamente esto provocó otra muy grande arrechera y un nuevo viaje a las oficinas de supercable. De nuevo nos atendió la señora que ya me había atendido cuando dejé el cable módem. Esta vez con la misma amabilidad de la vez anterior nos informó que la permanencia mínima era de seis meses y que la otra muchacha se había equivocado al decirnos que no cobrarían Octubre.

La tipa fue, habló con la supervisora, nos dijo que esas eran las reglas y que no había nada por hacer excepto calarse el abuso de supercable. Le explicamos mil veces que era un cambio de nombre y no un contrato nuevo. Además que era un abuso y un robo que cobraran por salirse antes si el problema era que ellos no estaban cumpliendo con su servicio al no enviar un técnico a colocar el punto extra de televisión.

Ella muy cándidamente nos explicó que el vendedor nos había engañado, bueno, sus palabras textuales fueron: "Es que claro, el vendedor está interesado en vender, entonces les ofrece planes más baratos a los usuarios y ellos caen". En este punto no pude evitar sonreír por el descaro de esta gente. Ellos caen...dejen que esas palabras resuenen en su mente, ellos caen.¿Caen en dónde? en su paquete chileno dónde más

Mi cara ha tenido que prender una alarma en la señora que trató de minimizar el asunto añadiendo y luego el cliente no lee y pasan estas cosas. Es verdad, la gente no lee y Claudia no leyó cuando debió haberlo hecho. Pero se supone que tenía un acuerdo de palabra con el vendedor y que este actuaba de buena fe. Ahora resulta que no, dicho por ellos mismos, o implicado más bien, no se puede creer en los vendedores de supercable.

Yo le pregunté si en verdad estaba admitiendo lo que yo creía que estaba admitiendo, es decir, que los vendedores de supercable están entrenados para embaucar a los clientes. Por supuesto negó la acusación. Pero ya lo había dicho. Cuando ya quería pelear con otra persona le dije que nos pasara a hablar con la supervisora.

Entramos a la oficina donde tenía un afiche grande de SK-4 y la chama que nos atendió quiso despacharnos rápido, pero yo como soy ladilla, quise echar todo el cuento de nuevo. La tipa fingió estar de acuerdo conmigo en varias ocasiones y se hizo la víctima de la administración de supercable.

De repente se sacó debajo de la manga lo siguiente. El usuario anterior de supercable tenía un saldo a favor por dos meses que se le facturaron luego de cancelar el contrato. Es decir, los tipos habían cobrado dos veces los meses de mayo y junio. Que en verdad se traduce a cobraron cuatro meses a Claudia quién era la que estaba pagando el servicio. Se lo tenían calladito. Ofrecieron darle esa plata a Claudia y con eso quedamos contentos pero indignados por los manejos truculentos y casi estafadores de SuperCable en Caracas. A nadie le dijeron que tenían ese dinero, nunca habían dicho nada al respecto a pesar que habíamos ido como 3 o 4 veces y llamado como 700 veces. Luego se preguntan porqué los piratean.

En conclusión: Supercable es una mierda que te trata como quiere, es válido que si tú incumples el contrato pagues una penalización pero lo mismo no aplica para ellos. Los vendedores están entrenados para que "caigas". Y por último, cuando te estás quejando mucho, deciden que te pueden devolver el dinero que nunca te dieron para tenerlo como as bajo la manga.